miércoles, 18 de octubre de 2017

Proyecto 5: Excursión. Entrega.



Bueno, creí que se había publicado este post pero me di cuenta de que no así que acá va. Con respecto al video final, la realidad es que no tuvimos mucho tiempo para editar. Tenemos muchísimo, muchísimo material (y muy variado, por cierto) así que fue bastante difícil intentar concentrar todo en unos minutos. Hay un montón de cosas que quedaron afuera y de verdad necesitamos un mayor tiempo de revisión, descarte y selección.

El lugar que elegimos se llama Villa Lía, queda a unos kilómetros de San Antonio de Areco. A la ida fuimos en auto hasta Pilar, de ahí nos tomamos un colectivo hasta San Antonio de Areco y luego un remise hasta Villa Lía. Volvimos en colectivo y tren. Lo encontramos casi que al azar, buscando lugares para quedarnos. Haciendo cuentas, nos dimos cuenta de que nos era más económico pagar una cabaña en un lugar cerca que pagar un viaje a la costa más el hospedaje.
Primero encontramos la cabaña, "La Aguada" y decidimos ir porque nos pareció un lindo lugar. Además, Ayelén ya había ido de chica con su familia y nos comentó que era un lugar tranquilo, con poca gente.
La experiencia fue muy hermosa. Nos quedamos dos noches en la cabaña, así que tuvimos un buen tiempo para recorrer el lugar, filmar, escribir y sacar fotos. El primer día llegamos cerca del mediodía y después de acomodar nuestras cosas, fuimos a andar en bicicleta por el "centro" (y va entre comillas porque es ultra chiquitito: una carnicería, un lugar para comer, un supermercado chino y la iglesia). Dentro de la estancia de "La Aguada", nuestra cabaña daba a un lago artificial que tenía nidos de nutria. También había caballos, obejas, muchos gansos y una llama.
El segundo día estuvimos todo el tiempo de un lado al otro. A la mañana habíamos decidido ir a algún negocio y preguntar si podíamos filmar. Llegamos a la carnicería y el dueño nos permitió filmar. Nos quedamos ahí un buen rato, con tres cámaras: una en un trípode y dos en mano. Algunas personas entraban al local y no se animaban a pasar hacia adelante porque las cámaras los intimidaban. Otros pasaban por delante como si nada. Luego entrevistamos al dueño, tenemos muchísimo material de ese lugar. Al final le compramos muchas mermeladas en agradecimiento por dejarnos filmar.
Mientras estábamos ahí escuchábamos que algunos clientes comentaban de un remate, así que preguntamos la dirección y en cuanto terminamos de filmar, fuimos en bicicleta hasta el remate.
Ninguna de nosotras había estado antes en esa situación así que fue bastante curioso. Llegamos justo cuando recién estaban empezando. Estaba lleno de muebles y objetos antiguos, creemos que casi todo el pueblo estaba adentro de ese galpón.
Para la mitad de la tarde ya todos sabían quiénes éramos y qué estabamos haciendo. A la noche, entrevistamos a los dueños de la estancia donde nos estábamos quedando. Dos señores grandes, él es un señor de negocios y ella es profesora de piano, y también escribe poesías. Ambos se abrieron muchísimo, nos contaron muchas cosas. Ella, incluso, nos mandó las poesías que había escrito por whatsapp y luego nos dijo que la inspiramos a escribir nuevas.
Todos nos hablaban como si nadie les hubiera preguntando nada por años, me dió esa sensación. De repente no hacía falta decir nada, cada uno se enroscaba en contarnos de todo, con una emoción especial, como si lo estuvieran diciendo por primera vez en voz alta.

Aquí algunas fotos de la cámara digital (las de rollo están en camino):